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Actualmente, cada vez son más los expertos que señalan la urgente necesidad de realizar cambios en los hábitos de consumo y producción con el fin de evitar una crisis climática que no tendrá vuelta atrás, siendo la actividad industrial uno de los sectores más duramente criticados e incluso culpados por esta situación.
Para contrarrestar su impacto en el medio ambiente, las empresas han optado por tomar diversas medidas con el fin de lograr una economía circular que permita una reducción en sus emisiones, entre ellas, el contar con una cadena de proveeduría que tenga la misma política y cuente con productos reciclados o realizados con energías limpias.
En países como Estados Unidos incluso se está discutiendo sobre el implementar un impuesto a las empresas que manejen materiales vírgenes, sin ningún porcentaje de reciclado.
Si bien esto puede parecer sencillo, es todo lo contrario, pues el proceso representa toda una transformación en la planta productiva y puede representar un gran reto para aquellas que deseen tomar este camino sin una ruta que seguir.
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futuro
De acuerdo con Ramiro Escobedo, director general de la empresa JSP International de México y consejero fundador del Clúster Automotriz Regional Estado de México, y Horst Siegfried Ernesto Möllhoff, gerente de Adquisiciones Globales de la empresa Stant Manufactura de México, este proceso puede iniciarse en tres pasos.
1. Que la reducción de la huella de carbono sea parte de los objetivos de la empresa. De esta manera, se presta mayor atención y seriedad a las acciones enfocadas en lograrlo.
2. Medir los avances. Al igual que con los otros objetivos cuantificables, se podrá medir mes con mes el avance que se tiene en esta materia para analizar las emisiones en términos de eficiencia, por ejemplo, se puede medir el consumo de Kw/h por pieza.
3. Identificación de beneficios. Una vez detectada la reducción de emisiones, es necesario analizar si se ha obtenido algún beneficio, ya sea desde ahorros económicos ante un consumo más bajo de energía hasta la mejora en la imagen de la empresa por ser ecológicamente responsable.
La ruta crítica para lograrlo
Durante la charla “El gran reto, la transformación de una planta productiva, la ruta crítica que hay que construir”, llevada a cabo en el marco del evento Camino hacia la Descarbonización Industrial, explicaron que los esfuerzos realizados pueden dividirse de la siguiente manera:
1. Proceso. La empresa debe analizar si en los procesos productivos se dan fugas de vapor, deficiencia en las calderas o alguna otra situación que genere un aumento en el punto de emisiones y, de ser así, corregirlo. También debe medir el consumo de recursos, por ejemplo, la energía eléctrica, el agua e incluso el gas natural.
Uno de los casos más comunes donde se puede producir un ahorro es en la energía, logrando mejoras de hasta el 15% en el consumo a través de la integración de la energía eólica y de hasta 30% con la sustitución del alumbrado normal
por lámparas LED.
Otro elemento a cuidar es el agua. En los últimos años México ha presentado serias afectaciones ante la escasez de este líquido. En este sentido, Escobedo señala que “el agua de lluvia es la más barata que se puede tener”, por ello instó a las empresas a aprovechar la época de lluvia y recolectar el agua para poder utilizarla e incluso reutilizarla en los procesos donde sea posible.
Los residuos son otro factor del que se puede sacar provecho. Para el directivo, México cuenta con un gran aliado para lograrlo: los “chatarreros”. Los residuos como el cartón, metal, madera, etc., que se generen en los procesos se pueden vender. Si bien el monto obtenido en la transacción no será la fuente principal de ingresos, si garantiza una economía circular en donde estos materiales se reutilicen en otro lado.
Lo que para unos es un desperdicio o una pérdida, para otros es materia prima.
2. Producto. Una vez definido lo que se puede hacer para reducir las emisiones en el proceso productivo, lo que la empresa debe hacer es preguntarse qué tan amigable es el producto fabricado.
Esto debe plantearse y definirse desde la etapa de diseño. Por ejemplo, si la manufactura del producto puede realizarse con un solo material no solo será más fácil reciclarlo, sino que es posible reducir los costos de la fabricación y los consumos de materia prima.
Otra acción es incluir la utilización de productos reciclados para la fabricación de componentes, algo que sectores como el automotriz ya están exigiendo de sus proveedores.
La aplicación del producto también debe tomarse en cuenta. La empresa puede cuestionarse sobre si su uso ayuda o perjudica al medio ambiente, o bien analizar los beneficios de la materia prima reciclada.
“El usar materiales ligeros incrementa el rendimiento de los autos; en los empaques, permite que el traslado de una pieza al proveedor consuma menos combustible”, explicó Escobedo.
3. Cadena de suministro. Esto se refiere a optimizar toda la logística del proveedor hasta el consumidor, es decir, todo el movimiento del material, tanto dentro como fuera de la planta.
Una acción que se puede ejecutar en la planta es la incorporación de montacargas eléctricos, ya que estos no usan gas LP para moverse, lo que permite generar menos emisiones.
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También se puede maximizar la capacidad de cada flete con el uso de cajas de cama baja o aprovechar el espacio de los contenedores vacíos y utilizarlos en su retorno.
Ambos expertos coinciden en que no solo el producto tiene que ser sustentable, la planta e incluso el suministro de energía también debe serlo. Las empresas deben ver todo lo que se genera en una planta, identificar si se puede reusar, reciclar o transformar en algo útil para otra aplicación.
“Las empresas están tan ocupadas en sus procesos que no se dan cuenta de esta área de oportunidad, de lo que pueden reciclar e incluso vender” finalizó Ernesto Möllhoff.
El evento Camino a la Descarbonización Industrial CDI 2022 fue llevado a cabo por el Clúster Automotriz del Estado de México (ClautEdomex) con el fin de implementar capacitación en el ámbito industrial, a través de programas que permitan disminuir los consumos energéticos, mitigar los efectos de gases de efecto invernadero y compartir mejores prácticas sobre desarrollo sostenible.
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